Por qué sucede y qué hacer
Has intentado validar las emociones de tu hijo, usaste frases empáticas y trataste de abordarlo con comprensión. Pero en lugar de calmarse, grita más fuerte, se tapa los oídos o te dice “¡Déjame en paz!” o “¡No hables más!”.
Si esto te suena familiar, no estás solo. Es frustrante intentar ayudar y sentir que solo empeoras las cosas.
¿Por qué sucede esto y qué puedes hacer cuando la validación emocional parece fallar? Vamos a verlo paso a paso.
¿Por qué tu hijo reacciona así?
Validar emociones es como sostener un espejo: reflejas lo que siente tu hijo para que lo entienda mejor. En algunos niños, esto genera tranquilidad, pero en otros puede resultar abrumador.
Cuando un niño está en un estado emocional intenso, ese «espejo» puede ser demasiado fuerte para él en ese momento. Se siente invadido por su propia emoción y le cuesta procesarla.
En estas situaciones, el problema no es la validación en sí, sino el momento y la forma en que la aplicamos.
La clave es ajustar tu enfoque sin perder la conexión ni el apoyo.
Qué hacer cuando la validación emocional parece fallar
1️⃣ Menos es más
A veces, cuando un niño está alterado, nuestra reacción es hablar demasiado: explicamos, preguntamos, tratamos de solucionar el problema… pero esto puede intensificar su malestar.
📌 Prueba esto:
- Di menos y haz pausas. En lugar de un discurso largo, usa frases cortas como:
- «Te escucho. Sé que estás molesto.»
- Luego, espera.
- Dale espacio. Unos minutos después, puedes añadir:
- «Cuando estés listo, ayúdate a calmarte. Confío en ti.»
📌 Evita:
- Hacer muchas preguntas.
- Seguir hablando sin dejarle procesar.
- Ofrecer soluciones demasiado pronto.
A veces, lo mejor es decir menos y estar presente.
2️⃣ Cambia el enfoque: de tu hijo a ti
Cuando tu hijo está alterado, es fácil sentir que su emoción también te desborda. Pero tú eres el adulto y puedes mostrar calma en medio de su caos.
📌 Cómo hacerlo:
✅ Mantén la calma con tu postura y tono de voz. Tu hijo necesita sentir que su emoción no te descontrola.
✅ No sobreprotejas. Quédate cerca, pero no lo persigas con explicaciones. Puedes continuar con lo que estabas haciendo mientras le dejas espacio.
✅ Pregúntate:
- ¿Está realmente fallando la validación o simplemente no está teniendo el efecto inmediato que esperaba?
A veces, el simple hecho de no reaccionar intensamente ya es suficiente para que tu hijo termine regulándose solo.
3️⃣ Reflexiona más tarde
Cuando el momento de crisis ha pasado—y pasará—puedes retomar la conversación de forma indirecta, sin presionar a tu hijo a hablar de sus emociones.
📌 Ejemplos de cómo hacerlo:
🗣 “Cuando tenía tu edad, a veces me enojaba tanto que no sabía qué hacer. ¿Te ha pasado?”
🗣 “Escuché que los deportistas antes de un partido también sienten nervios. Me pregunto qué hacen para calmarse.”
🗣 “Creo que tu muñeco está frustrado. ¿Cómo podría ayudarlo a calmarse?”
💡 Por qué funciona:
- No obliga a tu hijo a hablar sobre sí mismo en el momento.
- Le da un espacio seguro para pensar en sus emociones sin sentirse juzgado.
- Refuerza la conexión sin necesidad de enfrentarlo directamente.
Conclusiones clave
✅ No todos los niños responden igual a la validación emocional. Ajusta tu enfoque según su reacción.
✅ Menos es más. Frases simples y pausas pueden ser más efectivas que largas explicaciones.
✅ Reflexiona después, no en el momento de crisis. Usa ejemplos indirectos para hablar de emociones más adelante.
✅ Tu calma es clave. Tu hijo necesita ver que sus emociones no te descontrolan.
Pensamiento final
Si la validación emocional parece no funcionar, no significa que estés haciendo algo mal, sino que necesitas ajustar el enfoque. Mantente firme, ofrece apoyo sin presionar y dale a tu hijo el tiempo que necesita para procesar sus emociones.